El tag es la firma, usualmente simbólica, del nombre o seudónimo elegido por el graffitero. Son esas rayas aparentemente sin sentido, pero que en realidad representan letras. Sin importar qué tan talentoso o hábil para dibujar pueda ser un aspirante a graffitero, no puede intentar hacer piezas sin haber pasado primero por un largo periodo como tagger. Si lo hace, su pieza será denominada toy, es decir, el trabajo de un neófito.
No me voy a detener más en la taxonomía del graffiti, pero quiero enfatizar que si se alienta una forma de graffiti, se alientan todas. Por tanto, la única forma de luchar contra él es declarar una tolerancia cero al fenómeno. Las políticas de bardas libres, en las cuales se dejan ciertas zonas para que los graffiteros realicen sus obras, sólo sirven para extender el graffiti a otras áreas.

Bueno y yo les dejo estas imagenes que me mando mi buen amigo Efra para donde plasma su arte en el grafiti.

RESPUESTA DEL GERENTE DE LA EMPRESA: