domingo, 23 de mayo de 2010

Les dejo unas Poesias de un poeta Pichucalqueño

A PICHUCALCO
FRANCISCO JOSE GONZALEZ ORTIZ(QEPD)

No sé, si sea la distancia
Lo que me hace recordarte
Y sentir dentro del alma
Esta nostalgia tan grande.

Cuantas veces he soñado,
Con el verdor de tus montes
Y cuantas, oigo durmiendo
El canto de los cenzontles.
Y cuantas horas, pensando
En tus riveras y ríos
Viendo siempre al horizonte
Vuela el pensamiento mío.

Y en comunión solitaria
Con tus recuerdos, te envió
Murmurando una plegaria
La ansiedad de mis desvíos.

Al sentirme tan distante
De tu gran algarabía
Siento que en el alma mía
Hay un dolor incesante.

De nuevo dentro del pecho
Se acelera el coraz6n;
Al recordar tus mujeres,
La loma y tu Chalatengo.
Todo tu tal y cual eres,
Me transporta la emoci6n
A las cumbres de ensueño,
La poesía y el amor.

¡Oh Pichucalco querido,
Pueblito de mis cantares!
Para ti no tengo olvido
Ni cansado el corazón,
Siempre te estoy añorando
A donde quiera que voy.

Quiero decirte en poesía
Lo mucho que yo te quiero,
Pero en vano, ya mi numen
No acopia las fantasías
Ni mi mano hilvana el verso.

Y ya que escribir no puedo
Nada bueno para ti,
Permíteme, que tan solo
Trate al menos decir
Lo mucho que yo te quiero
Y te pienso desde aquí.

Sí, porque de ti aprendí
A decir lo que se siente.
Si, porque de de ti naci
Como el agua del torrente
Y, porque mi cuna fue
Tu tierra morena y fértil;
Porque queriéndote ayer,
No dejare de quererte.

Y es porque te llevo dentro,
Es, porque mi novia fue
Una flor de tus vergeles,
Es porque mi pensamiento
Te rinde veneración
Y porque de tu marimba
Nació el sentimiento mío
Y mis voces de cantor
Son la del chorrito de agua
Que brota en santo Domingo.

Yo te dedico mi canto
Sin adornos, ni pulidos.
A ti, muchos te han cantado
Más, nadie con tanto amor
Por más que te escriban libros.
Nadie, con tanta alegría
Pintando tu caserío,
Tu paisaje labrantío,
Tus fiestas y zapateados;
Nadie quiere más que yo
A la tierra del cacao.

Oh, tu cerro del Naranjo,
Desde donde el caminante
Divisa tu faz trigueña
Y mira tú campo santo.
En donde, por la fatiga
De recorrer tus caminos,
La sed con agua mitiga
En arroyo cristalino
o abajo en el bambual.
En jícara reluciente
Un pozol con cacao criollo
Se detiene a saborear.

Y luego, sigue bajando
Por la calzada de chinas,
Al compas del repiqueo
Del herraje de las mulas
Muchas vueltas en pendiente
Hasta llegar a Coahuila
Otra planada, la lorna,
Y después de des-montar
A quitarse la calor
En un puesto del portal.

Yo quisiera Pichucalco,
Que cuando Dios no quiera
Que te siga yo cantando,
Cuando mi materia muerta
Y mis ojos no te vean
Y mi corazón no sienta
Se quede mi alma vagando
Por tus sembradas veredas;
Y si llegara a cansarme
Por recorrer tus praderas,
Descansaría para siempre
Debajo de las palmeras.

¡Adiós Pichucalco mío!
Donde mis sueños de niño
Fueron fulgidos meteoros.
Un suspiro se me escapa
Sin poderlo contener
al pasar en Casauyapa
En tu rico Santa-Fe.
Te ofrezco mi corazón,
Para que el día que muera,
Repique en tu campanario
Por la tarde, la oración.

FLOR DEL RECUERDO

Sólo quiero una flor sobre mi tumba.
El día que rinda mi tributo al cielo
Mas, no de esas que adornan y perfuman
Y cambian de matiz, cual cambia el cielo.
Quiero la flor del corazón sincero,
La flor de la amistad, flor del recuerdo,
Esa, no se marchita en los floreros,
Si la tenéis, es la única que quiero.
Echadla sobre mi cuando me muera
Y no dejéis que la deshoje el tiempo,
Para que viva muchas primaveras
La hermosa flor de mi postrer recuerdo.
No imploro a la mujer que siempre ha sido
La diosa de mi falsa idolatría!
Porque sus flores, son flores de olvido
Y harto estoy de traición y de falsía.
Los sueños pasan, ilusión se acaba,
Muere la luz y nacen Tinieblas,
Tan solo el alma por el mundo vaga
Cuando queda sin vida la materia,
No dejo historia de brillantes hechos,
Pues la epopeya pertenece al genio,
Tan solo versos, que mi mente loca,
Dictó a mi pluma que escribió cuartetos.

Gracias a la colaboracion de: Manuel Jimenez Bustamante.

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